¿Cuál es la diferencia entre meditar y pasar tiempo en silencio?
Aunque pasar tiempo en silencio puede significar casi cualquier cosa dependiendo de tu estado de consciencia, la meditación es un medio confiable para contactar con el silencio de nuestro ser interior. Para algunas personas excepcionales, la meditación puede ser simplemente cerrar los ojos y conectarse con la consciencia silenciosa más allá del pensamiento y la mente. Para la mayoría de las personas, esta meditación les supone pensar sobre el silencio además de pensar en otros pensamientos. Sin una técnica tradicional como la meditación, que lleva la mente más allá de sí misma, el silencio generalmente es sólo otro pensamiento, no una experiencia trascendental.
¿Qué es el “silencio meditativo” o el “estado meditativo”?
Como ya hemos comentado, tenemos pensamientos constantemente. En apariencia, podríamos decir que estamos el 100% del tiempo pensando, la mayor parte del tiempo de forma inconsciente y compulsiva. Sin embargo, entre los pensamientos, entre pensamiento y pensamiento hay un espacio, un “estado meditativo”, que normalmente no percibimos. Cuanto mayor es ese espacio entre pensamientos, ese vacío, adquirimos una mayor consciencia. Porque en ese espacio entre pensamientos está el ser, el observador de los pensamientos.
Este estado meditativo en el que no hay pensamiento es silencioso, y es un campo de infinitas posibilidades, porque entre un pensamiento y el siguiente está el potencial de cualquier otro pensamiento. Y el pensamiento manifiesta nuestra “realidad”.
El “estado meditativo” o “silencio meditativo” es el lugar donde se haya la persona que está pensando los pensamientos, el generador de los pensamientos.
Tú no eres tus pensamientos, eres la consciencia que observa los pensamientos, el espacio en el que se generan todos los pensamientos, por lo que tu verdadero ser debe hallarse en el “vacío” existente entre tus pensamientos. En ese vacío entre tus pensamientos, se encuentra la posibilidad, el potencial para cualquier pensamiento.
En consecuencia, tu naturaleza esencial también debe ser silenciosa, y un campo de infinitas posibilidades.
La meditación traslada tu conciencia desde la actividad a niveles cada vez más silenciosos del proceso de pensamiento hasta llevarla más allá del pensamiento, al silencio del Ser para “dar” contigo mismo.
Cuando salimos del estado meditativo, nos llevamos con nosotros las cualidades del ser (paz, alegría, creatividad, potencial…), trasladándolas a nuestra vida a nuestro día a día.
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