Todo en el universo, toda la creación, todo lo que existe, es energía en diferentes estados, vibrando a una frecuencia determinada. Aquello que vibra o resuena a poca frecuencia es más sólido, y aquello que vibra muy rápido, a una frecuencia muy alta, es más «etéreo». La parte más pequeña de un átomo es pura energía, y vibra también a una frecuencia determinada. La física cuántica va más allá, y nos dice que las partículas más pequeñas que conforman las partes más pequeñas del átomo ni siquiera existen como tales, sino que se encuentran en estado de «onda» y sólo se colapsan en algo «físico» cuando alguien las observa. Es decir, que ni siquiera el núcleo central sobre el cual está construida nuestra realidad es algo físico, sólido y tangible; sólo se convierte en algo «físico» cuando es observado, mientras tanto no es más que una pura onda energética que ofrece múltiples posibilidades.
Una roca, una flor o Saturno, todos estamos formados por esa misma energía, esas mismas ondas que forman los componentes primarios de los átomos, que se colapsan en estado más o menos sólido, cada uno con su frecuencia vibratoria específica, pero manteniendo el mismo componente básico: ese núcleo
energético. Así como nuestro cuerpo físico es energía con ciertas características (billones de átomos organizados en células, órganos y demás), que ha tomado cierta forma, nuestros pensamientos y sentimientos emiten a su vez energía a una frecuencia determinada. Es esencial comprender esto. Cada vez que piensas algo, emites energía de cierto tipo, que forma ese pensamiento que has tenido.
Cuanto más localizado o intenso es el pensamiento o sentimiento, más directo es el haz energético creado o lanzado al exterior. Por ejemplo tu voz. Cada vez que hablas, cantas, gritas o susurras, envías un haz de energía hacia fuera. Esta energía puede ser captada por los oídos de las personas que te escuchan, o por cualquier grabadora o micrófono. Cuando piensas, emites el mismo tipo de energía con cada uno de tus pensamientos, de diferente tipo y frecuencia, solo que no tienes a tu disposición, físicamente, un artefacto que te permita ver o medir esa energía que sale constantemente de tu cabeza.
Despierta. Sube tu vibra, eleva tu energía. ELEVATE!
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